Vaticano: Webinar “Diálogo y anuncio, treinta años después”

19 de mayo a las 10 horas

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Encuentro interreligioso en la Llanura de Ur, Irak © Vatican Media

Frente a la celebración el miércoles 19 de mayo de 2021 del 30º Aniversario del documento Diálogo y Anuncio. Reflexiones y orientaciones sobre el diálogo interreligioso y el anuncio del Evangelio de Jesucristo, publicado conjuntamente por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCDI) y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CEP), ese mismo día, a las 10 horas, tendrá lugar en el Vaticano un webinar sobre “Diálogo y anuncio, treinta años después”.

Tal y como ha informado hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tras la bienvenida del cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del PCDI, pronunciará un discurso del purpurado Michael L. Fitzgerald, presidente emérito del mismo Consejo, mientras que las conclusiones se confiarán al Luis A. Tagle, prefecto de la CEP.

También intervendrán miembros y consultores del PCDI, profesores e investigadores expertos en la materia, que examinarán la recepción y aplicación del Documento en diferentes contextos geográficos para presentar el statu quo teológico del diálogo interreligioso.

Los interesados pueden unirse al programa virtual inscribiéndose en el siguiente enlace Zoom: https://us02web.zoom.us/webinar/register/WN_QVA-jj-vTOa8QhvsqwSPPg.

Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

Tal y como señala el Vaticano, este Consejo fue creado por san Juan Pablo II en 1988, y tuvo como precursor al Secretariado para los no Cristianos, instituido por Pablo VI en 1964 para promover estudios adecuados y favorecer relaciones amistosas con los seguidores de las religiones no cristianas.

En sus aspectos doctrinales y prácticos, este Secretariado respondía en gran medida a las ideas expresadas en la Declaración conciliar Nostra aetate de 1965. Cuando Juan Pablo II cambió su nombre a Pontificio Consejo para el Diálogo Inter-religioso señaló que el objetivo de este Dicasterio de la Curia Romana era promover y regular las relaciones con miembros y grupos de Religiones que no están incluidas bajo el nombre de cristianas y con aquellos que, de alguna manera, muestran un sentido religioso.

Los oficiales del Consejo y el personal viajan a menudo para participar en encuentros y en conferencias internacionales con representantes de Iglesias cristianas y no cristianas y también reciben a personalidades en sus oficinas vaticanas. Mantienen frecuentes contactos con el mundo del Islam, del Budismo y del Hinduismo. Todos los años envía un mensaje a los musulmanes al final del período de ayuno del Ramadán, firmado por el cardenal Arinze.


El Consejo también estudia las sectas y los nuevos movimientos religiosos y participa en reuniones con miembros de otras denominaciones cristianas para tratar estos temas. Las últimas reuniones de este tipo fueron promovidas por la Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas en colaboración con la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Congregación para la Evangelización de los Pueblos

La Santa Sede aclara que la tarea específica de esta Congregación ha sido siempre la propagación de la fe en todo el mundo, con la competencia específica de coordinar todos los esfuerzos misioneros, de dar directrices a las misiones, de promover la formación del clero y de las jerarquías locales, de fomentar la creación de nuevos Institutos misioneros y de proporcionar apoyo material a las actividades misioneras.

La nueva Congregación se convirtió de esta manera en el instrumento ordinario y exclusivo del Santo Padre y de la Santa Sede para el ejercicio de la jurisdicción sobre todas las misiones y la cooperación misionera.

Entre las competencias del Dicasterio, le corresponde “dirigir y coordinar en todo el mundo la obra misma de la evangelización de los pueblos y la cooperación misionera, salvo aquello que sea competencia de la Congregación para las Iglesias Orientales”. Asimismo, tiene la competencia directa y exclusiva sobre sus territorios, a excepción de los que son competencia de otros Dicasterios en varias materias.

En sus propios territorios, la Congregación erige y divide las Circunscripciones misioneras según las circunstancias. Preside el gobierno de las misiones y examina todas las cuestiones y los informes presentados por los Ordinarios y las Conferencias Episcopales. Quedan sujetas a la Congregación las Sociedades de Vida Apostólica erigidas en favor de las misiones.

Por último, administra su propio patrimonio y los demás bienes destinados a las misiones mediante una oficina dedicada a ello.